En Puerto Rico se introdujo una ley que prohibia trabajar libremente en domingo, posteriormente en un debate juridico se estaba discutiendo la posibilidad de volver mas flexible esa ley . La libertad de conciencia exige que no se imponga una tradicion religiosa que obligue a todo mundo a descansar en ese dia. la iglesia se pronuncio pidiendo que la ley proteja su tradicion religiosa y que no se hagan cambios a la legislacion que proteje su fiesta de costumbre. Todo esto indica la existencia de un debate entre la verdad y la tradicion, porque el septimo dia de la semana es el sabado debe ser libre la escogencia del dia de descanso, puesto que el descanso es un asunto de conciencia la ley no debe obligar y menos imponer una tradicion como es el descanso en dia domingo.

DECLARACION SOBRE LAS

ENMIENDAS PROPUESTAS

A LA LEY DE CIERRE

La Conferencia de Obispos Católicos de Puerto Rico desea expresarse respetuosa y claramente sobre los Proyectos del Senado 452, 454 y 525, relativos a la Ley de Cierre. La intención que nos mueve a pronunciar estas palabras es la tutela del bienestar integral de nuestro pueblo y la salvaguarda de sus valores más preciados. Al igual que en Puebla, hoy afirmamos una vez más la necesidad de una profunda revisión de la tendencia consumista de las naciones mas desarrolladas; deben tenerse en cuenta las necesidades elementales de los pueblos que forman la mayor parte del mundo. Un paso firme en esta dirección redimiria a aquellos "jóvenes que se han visto defraudados por la falta de autenticidad de algunos de sus líderes o se han sentido hastiados por una civilización de consumo" (Puebla 496, 1177).

Estamos convencidos de que, aunque las enmiendas propuestas persiguen supuestamente la conveniencia del consumidor, los proyectos acarrearán graves y profundos perjuicios a nuestra comunidad. Es cierto que los hábitos de consumo y comercio han variado. Sin embargo, la exposición de motivos de los tres proyectos no analiza críticamente las implicaciones humanas y sociales de los cambios en la política de consumo.  Las enmiendas parecen someter todo el asunto a la dinámica económica, prescindiendo de otras consideraciones superiores (Cfr. P.S. 452). Y aun el mismo beneficio de la dinamica econ6mica resultara relativo y discutible.

En el caso de la promoción del turismo, la tónica dominante está marcada por la "competencia" con otros mercados (Cfr. P.S. 525). La competencia es una realidad innegable, pero no es prioritaria o absoluta. Sería necesano determinar el tipo de servicio que se puede brindar a los turistas, la imagen cultural que deseamos proyectar y el beneficio publico que vamos a obtener.

El Proyecto 454 presenta, como cuesti6n de hecho, la urgencia de atemperar el ordenamiento jurídico con aquellas realidades que caracterizan a la comunidad puertorriqueña. Aparentemente dichas realidades se reducen a condiciones socio-económicas, condiciones que no son explicadas.  Más aun, existen factores económicos y sociales que señalan soluciones contrarias a las propuestas, por ejemplo:  la criminalidad, el consumismo, el mercantilismo, la desintegración de la familia, el sosiego del trabajador...

Como lideres religiosos de este pueblo sentimos una preocupación particular por las posibles consecuencias de las enmiendas. Una sociedad que sufre una gran desorientacion de valores debe examinar cautelosamente cualquier decisión que la pueda conducir a la desintegración de sus elementos esenciales. Nuestro pueblo necesita una tregua ante la despiadada vorágine del consumo y de la competencia. La familia, los amigos requieren condiciones favorables para un encuentro pacífico y espiritual. ¿Qué sentido tiene el hablar del bienestar de la familia, si aprobamos leyes que pueden convertirse en una amenaza contra su integridad? Por eso la Iglesia defiende el domingo como un día de culto y descanso. Hay que acentuar el ocio creador, la vida familiar y respetar el derecho a adorar a Dios en el día consagrado a su memoria.  Por encima de los fines mercantiles prevalecen los valores religiosos y culturales.

Ya el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha protegido el derecho de los afiliados a religiones minoritarias al libre ejercicio de la religión.  Con más razón debemos proteger los dias sagrados de la mayoría de nuestra población. Sin embargo, algunos comercios han retado la Ley de Cierre en Puerto Rico, profanando la sabiduría y la santidad de la tradición dominical y rompiendo la tregua de la competencia econ6mica.

Finalmente, exhortamos a los distinguidos legisladores a buscar alternativas saludables a los difíciles problemas sociales, alternativas que armonicen con la idiosincrasia de nuestro pueblo y con los sublimes valores espirituales del hombre puertorriqueño.

ARGUMENTOS IGLESIA ESCOGER DOMINGO (click)

17 de marzo de 1980



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