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76 año, número 1998/2
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Los días festivos no pueden convertirse en días laborales
Arriba
En los Países Bajos la acción "Tómate la vida con calma", lanzada en marzo y abril
pasado, consiguió recoger cientos de miles de firmas de protesta contra la economía
de 24 horas. La acción es una iniciativa de una veintena de sociedades religiosas,
reunidas en la Comisión Contacto Intereclesiástico en Asuntos Públicos (CIO), pero con el
apoyo de diversas organizaciones y movimientos sociales, entre ellos la CNV, afiliada
a la CMT. Con su acción, las iglesias quieren sensibilizar a la gente de que una
mayor 'economización' de la sociedad perjudica a los individuos y al entorno social como
conjunto. Avisan que esta evolución deteriora la calidad de la sociedad y trae consigo
una pérdida de tiempo libre común para mantener contactos con la familia y con los
amigos y para comprometerse en el sector asociativo y voluntarista. Limita las posibilidades
de asistir a misa y a celebraciones religiosas el domingo y es causante de estrés,
dice el CIO. Ya que existe un peligro real de que las personas humanas se conviertan cada vez más en productos económicos, la FETRALCOS - federación latinoamericana
de los trabajadores del sector servicio, afiliada a la CLAT - inició hace unos años
la acción "Domingo No".
En su último Congreso, la Federación Mundial de Empleados (FME) de la CMT también
trató el tema, afirmando que los días festivos , tales como el domingo, no pueden
convertirse en días laborables. "Si queremos evitar que nos convirtamos en una sociedad
de individualistas o que se marginen ciertos grupos de trabajadores, habrá que hacer todo
lo posible por mantener el sistema con días festivos como días de descanso, sabiendo
sobre todo que las normas y leyes para los domingos son diferentes de las para los
días laborables normales."
Es innegable que el trabajo dominical tiene efectos muy negativos en la vida de la
sociedad. Son cada vez menos frecuentes los momentos en que las familias pueden reunirse;
los clubes deportivos afrentan el problema de miembros que ya no pueden jugar el
domingo y las organizaciones sociales ven disminuir el número de voluntarios. Entretanto,
está incrementando la presión sobre el trabajador. A los trabajadores que no quieren
trabajar el domingo se les tilda rápidamente de no pertenecer al equipo y se les
niega la promoción. También en entrevistas se convierte cada vez más en criterio de
selección la disponibilidad para trabajar el domingo. Además, vemos que muchos empleadores
no hacen uso de sus trabajadores fijos el domingo ya que cuesta demasiado pagar las retribuciones extraordinarias. Los domingos se recurre a fuerzas de trabajo más baratas
(estudiantes) que son menos preparadas y menos aptas para asumir las tareas que se
les asigna. Esto resulta en una disminución del servicio a los clientes y una pérdida de calidad. El lunes, los trabajadores fijos tienen que reparar luego los daños
hechos, lo que aumenta la presión del trabajo. Gran parte de los trabajadores no
quieren trabajar los domingos y las noches. Por otra parte, muchos sí gozan de la
apertura de las tiendas los domingos. Falta de solidaridad? Pobreza cultural? O falta de tiempo
para ir de compras con toda la familia?
La FME y sus organizaciones afiliadas siguen de cerca la problemática. Están conscientes
de que los días de descanso clásicos (domingo) están siendo puestos cada vez más
en tela de juicio. Qué otra razón podrían tener los diversos grupos de presión al
procurar ampliar las leyes referentes al tiempo de apertura de las tiendas?
Pero es absolutamente necesario para la economía abrir aún más tiendas el domingo,
o son los empleadores que quieren hacerlo creer? se pregunta la FME. Demasiadas veces
se parte de la idea de que una amplia desregulación aumenta la flexibilidad, suposición ésta fundamentalmente errónea, dice Piet Nelissen, secretario ejecutivo de la FME.
"Resulta de las investigaciones científicas que los trabajadores sólo están dispuestos
a aceptar los desiderata de flexibilización de los empleadores a condición de que
exista un marco legal que fija claramente las condiciones de trabajo. En países con
insuficientes disposiciones de protección legal para los trabajadores, la flexibilización
del trabajo entraña una mayor explotación de la mano de obra humana".
Para impulsar a los empleadores a prestar más atención a las condiciones sociales,
religiosas y éticas fundamentales, el FCG/GPA, organización austríaca afiliada a
la FME, acaba de lanzar una gran campaña de información. En folletos ampliamente
divulgados señala que el fin de semana es el momento por excelencia para visitar la familia y
los amigos, desarrollar actividades en familia, mantener los contactos sociales y
cargarse las baterías. La acción genera muchas discusiones pero también da lugar
a la formación de un frente : la economía debe estar al servicio de la persona humana y no al
revés.
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76 año, número 1998/2
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